ReL. A ls trece años, como muchas otras adolescentes, a Dagny solo el ofrecieron una opción: la transición de género. Y la joven sabía que tenía ese derecho y que quien lo cuestionase se merecía el peor de los castigos por su transfobia. Esta, explica, «es la historia que nos han vendido, y es la única versión. Pero los detransitioners -personas transgénero arrepentidas- somos un inconveniente para este relato». Seis años después, desistió del proceso y comenzó a buscar la felicidad… y a luchar contra quienes se la querían arrebatar por completo. «Necesitamos cambiar el discurso y ese es mi objetivo», advirtió al relatar su historia.