ReL. La película Hispanoamérica: canto de vida y esperanza se estrena el 12 de abril en cines españoles, pero como un aperitivo previo cientos de hispanistas han pasado en jueves y viernes por el auditorio Rafael del Pino en el encuentro Hispanoamérica, un futuro compartido.
Los principales exponentes del hispanismo, junto con historiadores protagonistas del film de José Luis López-Linares, se explayaron en la cosmovisión que para ellos supone la Hispanidad y que configura la trama de la continuación de España: la primera globalización.
La sensación general en el público fue de expectativas satisfechas. Principalmente por un mensaje contundente con una amplia batería de argumentos que erosionan la académicamente superada Leyenda Negra.
Canibalismo: cómo entenderlo
Las opiniones vertidas por historiadores de renombre internacional fueron generalmente cohesionadas, a excepción de un acalorado debate entre la doctora Guadalupe Jímenez Codinach y el superventas y también doctor Marcelo Gullo, iniciado por uno de los asistentes en torno al canibalismo de los mexicas prehispánicos: ¿genocidio sin paliativos o una cosmovisión religiosa aún por comprender?
Tras lo expuesto el jueves y viernes en el auditorio Rafael del Pino, a cualquiera le sería difícil salir sin poner en duda los cimientos del «adoctrinamiento» negrolegendario sufrido durante décadas en escuelas, universidades y medios de comunicación.
Historiadores e hispanistas en el Congreso Hispanoamérica Futuro Compartido: más que hablar del pasado, se habló mucho del futuro posible si se trabaja desde la Hispanidad, con unidad y estrategia.
La leyenda negra ha sido machacada en la academia. Pero el afamado escritor mexicano Juan Miguel Zunzunegui considera que en la batalla de la propaganda, la victoria de la Leyenda Negra es por ahora un hecho palpable.
Por eso, son reseñables la cantidad de propuestas prácticas, a modo de «manual de acción», que se desprendieron del encuentro y que hacen pensar que las jornadas Hispanoamérica, un futuro compartido, serán en adelante mucho más que dos días de debates académicos de altura.
1º Que hablen los americanos… y de ser posible, lejos de lo académico
Zunzunegui destacó por sus propuestas eminentemente prácticas en torno al hispanismo y la lucha contra la Leyenda Negra. Como colofón de lo tratado estos días, incide en la necesidad de divulgar lo vivido y tratado, y que en la medida de lo posible lo hagan americanos.
«Cuando se le dice a un español `no me debes nada´, se le ve cara de alegría, como si pensase que ya era hora de que alguien lo dijese», explica. Eso sí, invita a hacerlo al margen del academicismo, «llevándolo de un grupo intelectual a uno activista», pues lo intelectual «sirve de mucho para subirnos los egos, pero no va a servir». Por eso invita a que el combate a la leyenda negra sea «comprensible» y, especialmente, con objetivos concretos y medibles.
2º Elaborar una agenda y una estrategia
El mismo historiador clama por la necesidad de elaborar «una agenda con una estrategia», ya que quienes están detrás de la Leyenda Negra «tienen ambas. Y sin agenda ni estrategia, estos encuentros no llevarán a nada más que eso, encuentros».
3º Un cambio de enfoque
Marcelo Gullo habla con sinceridad, ya sea como hispanista, como experto en relaciones internacionales o como historiador. Y desde esa triple perspectiva, no duda en afirmar que mientras Europa -«una prostituta moribunda enferma de sida«- se encamina hacia el abismo de la guerra, «la Hispanidad es el pasaporte al futuro«.
Por eso invita a un cambio de enfoque que dirija la mirada de España hacia quienes comparten su cultura y cosmovisión. «El mundo se va a constituir a partir de grandes bloques culturales y no geográficos, porque la geografía ha sido superada por la revolución tecnológica y permite que aquello que antes era distante, ahora sea cercano e igual».
4º Potenciar el sentimiento de hermandad
Muchas de las propuestas dirigidas por los ponentes son tan prácticas que cualquiera puede aplicarlas con un cambio de visión. Muestra de ello fue la directriz de Ramón Mujica Pinilla -con velada crítica al Ministro de Cultura Ernest Urtasun- para admitir que incluso en el plano del arte, «la descolonización no puede significar devolver a América lo que es americano. Porque lo que es americano es también español y ese arte forma parte de la historia del arte español».
En semejantes términos se expresó el quiteño Francisco Núñez del Arco, uno de los líderes del renacimiento del hispanismo en América, que recordó que desde 1492 «nada es completamente americano o europeo. España y América se explican por la simbiosis y la unión y de no haberse dado en ellas ese mestizaje glorioso y alquimia divina, no existirían como las conocemos».
En este sentido, admite que como ecuatoriano le criaron enseñándole a odiar a Perú: «Mi sorpresa fue cuando estuve por primera vez en Lima y pensé: `Por Dios, cómo puedo pensar que Perú es mi enemigo cuando el país más parecido que he visto a Ecuador es el Perú».
5º Acabar con el autoodio
Prosiguiendo con el hilo del hermanamiento y el mestizaje, Núñez del Arco invitó a «entender que esa alquimia es fundamental para el desarrollo de nuestras sociedades» y subrayó que «solo cuando entendamos el mestizaje como signo de enriquecimiento mutuo entre los dos mundos aceptaremos lo que somos». Para el quiteño, la «gran lucha» es «contra el autoodio»: «En Hispanoamérica nadie quiere ser indio ni español, sino gringos o franceses, pero nadie quiere aceptar esa hermosa unión de español, indio y africano. Aceptar eso es la representación máxima de la universalidad, del catolicismo, somos nosotros».
Para Zunzunegui, el problema de ese «odio a nosotros mismos» radica incluso en que «desprecias la lengua en que te expresas. Si la odias, odias lo más profundo de tu alma y de tu ser. Es importante entender una cosa: que hables en español no significa que hablas español, sino que significa que piensas en español, entiendes el mundo en español, que amas en español y que si crees en Dios, lo haces en español. Que lo más hermoso de tu vida ocurre en español».
6º Lo mejor lo llevó España, pero no era español
La profesora y doctora en Historia de América Adelaida Sagarra centró su propuesta en orientar la mirada a «lo mejor que sin duda pudo llevar España a América»: habló de la fe como «uno de los elementos firmes» por los que «independientemente de que se practique o no», muestra que «el mundo hispano es familia, es católico y es español. Lo mejor que España llevó a América y que está en la base de la familia hispana no era español, sino que era la verdad y era universal».
7º Rescatar el humanismo español basado en la fe
Para muchos de los presentes no es necesaria la fe para reconocer el valor de lo aportado por la cosmovisión cristiana de la que habla Sagarra. Lo muestra Zunzunegui, que aunque admite no tener fe, también considera que «gran parte de todo lo bueno que salió de la llegada de España a América tiene que ver con el cristianismo».
«No tienes que ser católico para aceptarlo. El catolicismo como lo entendía el español, fue fundamental. Tenemos que rescatar el humanismo español y trabajar los valores humanos del catolicismo, que no dependen de la fe», alentó.
Congreso Hispanoamérica, futuro compartido: casi 9 horas de contenidos en este vídeo: