¿Qué es la Naprotecnología? ¿Cuál es su efectividad? ¿Es ética?

-¿Qué es la Naprotecnología?
-¿Por qué la Naprotecnología es una alternativa ética?
-¿Quién creó la Naprotecnología?
-¿Qué es el método Creighton?
-¿Cuál es la efectividad de la Naprotecnología?
-¿Qué diferencias hay entre la Naprotecnología y la Fecundación In Vitro?

ReL. La Naprotecnología es una técnica de fertilidad nacida hace más de treinta años en Estados Unidos y aún en expansión. Investiga las causas de la infertilidad y ayuda a la reproducción sin necesidad de ningún acto o proceso antinatural. Obtiene resultados bastante positivos y ha permitido tener hijos a parejas diagnosticadas infértiles o que habían fracasado en la fecundación asistida o que directamente no querían recurrir a medios rechazados por la moral cristiana. 

 

¿Qué es la Naprotecnología?

La Naprotecnología es una ciencia reproductiva nacida en Estados Unidos y aunque lleva décadas existiendo se considera novedosa debido a que no se ha generalizado su uso en todo el mundo. Busca solucionar el problema de salud que lleva a la infertilidad de una pareja para tratarlo y facilitar la reproducción natural. Para ello, identifica el problema de salud que produce en hombres o mujeres dificultades para procrear, toma decisiones clínicas estudiando el ciclo menstrual de la mujer para así lograr un embarazo de forma natural.

Además, no implica la manipulación de embriones, ni tampoco es invasiva. No sustituye al método de procreación natural sino que su objetivo es identificar las causas de infertilidad, tratarlas y lograr el embarazo de manera natural, lo que la diferencia de técnicas como la Fecundación In Vitro o la inseminación artificial.

La Napro es considerada también medicina restaurativa de la fertilidad, pues no se centra únicamente en lograr el embarazo o incluso en conocer los problemas que generan infertilidad, sino que detecta y cura otros problemas ginecológicos. Ha ayudado a muchas mujeres que sufrían el síndrome premenstrual, que tenían abortos múltiples, también para el síndrome postparto, ha reducido la tasa de niños prematuros, problemas de endometriosis, etc.

Esta técnica nació en Estados Unidos de la mano del ginecólogo y obstetra Thomas Hilgers, director del Instituto Pablo VI para el Estudio de la Reproducción Humana y del Centro Nacional de la Salud de la Mujer de Omaha, Nebraska. Además, ideó el método Creighton, fundamental a la hora de que los tratamientos puedan funcionar.  Se trata de un registro ginecológico que estudia el comportamiento diario del ciclo de la ovulación de la mujer. Esto permite detectar las alteraciones que se están produciendo en la fertilidad femenina y programar pruebas diagnósticas en determinados días del ciclo para llegar a un diagnóstico preciso de las patologías que están afectando al ciclo menstrual de la mujer.

¿Por qué la Naprotecnología es una alternativa ética?

A diferencia de técnicas de reproducción asistida como la fecundación In Vitro, la Naprotecnología respeta la naturaleza de la relación conyugal y no interviene artificialmente en la fecundación. La doctora Mena, pionera de esta técnica en España, afirma en una entrevista con la Diócesis de Córdoba que “la Naprotecnología es respetuosa con la naturaleza y dignidad de los esposos que estudia y trata, y con la vida y dignidad de persona del hijo por nacer. Es respetuosa con la dignidad y naturaleza del acto conyugal, defiende a la familia humana de los ataques a los que se ve sometida por la moderna Medicina Reproductiva. Médicamente es más avanzada, porque busca llegar a la raíz de los problemas para subsanarlos”.

Thomas Hilgers, creador de la Naprotecnología, fue galardonado con el Premio ReL «Ciencia y Fe» 2021 por su gran aportación al ámbito de la fertilidad.

¿Quién creó la Naprotecnología?

El doctor Thomas Hilgers, experto ginecólogo, es creador de esta técnica que de manera natural y ética se ha convertido en una “revolución” en la fertilidad. Fundador del Instituto San Pablo VI para la Reproducción Humana con sede en Omaha (Nebraska), Hilgers está casado con Susan y es padre de cinco hijos. Durante décadas se ha dedicado no a ‘crear’ hijos sino a buscar las causas que provocaban la infertilidad. Y ahí radica el éxito de la Naprotecnología, pues diagnostica, cura y en muchos casos cumple el sueño de ser padres.

En una entrevista con ReL explicaba: “Iniciamos en 1975 un programa de educación sobre planificación familiar natural y conforme las mujeres comenzaron a seguir su ciclo empezamos a ver distintos patrones dentro del ciclo de las mujeres. Al principio no sabíamos muy bien qué significaba. Eso era porque en 1975 todavía no había un lenguaje para interpretar estos patrones que veíamos. Entonces desarrollamos un lenguaje universal para interpretar esos patrones. Siendo ya ginecólogo lo que empecé a recomendar a todas mis pacientes fue que graficaran su ciclo. Cuando veíamos algún tipo de anomalía para las que no teníamos ningún tipo de explicación las comenzamos a ligar con determinados patrones. Después de 15 años recogiendo datos publicamos en 1991 el libro la Guía América de la Naprotecnología”.

Y además añadía: “En estos momentos no existe ninguna especialidad médica que se dedique de manera específica a las mujeres que están en edad reproductiva. De tal manera que la píldora anticonceptiva es la solución para todo, cuando tienen ciclos irregulares se les recomienda, cuando tienen dolores menstruales también se les recomienda siempre… El único tratamiento médico para este tipo de mujeres es siempre la píldora anticonceptiva. Entonces lo que pensé es que en vez de simplemente eliminar los síntomas recetando la píldora anticonceptiva merecía la pena investigar las causas que hay detrás de esos problemas ginecológicos. Y en el momento que nos pusimos a aplicar métodos científicos y a investigar fuimos encontrando esas causas detrás de esas anomalías, y es ahí donde estamos ahora”.

¿Qué es el método Creighton?

El método Creighton va totalmente unido a la Naprotecnología, pues de él se obtienen los marcadores que permiten al ginecólogo posteriormente aplicar esta técnica de fertilidad. Se trata de un método de reconocimiento natural de la fertilidad basado en la observación del moco cervical y del flujo vaginal desarrollado por el doctor Thomas Hilgers en la década de 1980.

Gracias a los biomarcadores que la mujer recoge en la graficación del ciclo menstrual se obtienen importantes datos como son la duración exacta de los ciclos, la duración de la fase folicular y luteínica, la valoración del moco, etc. “El método es una ayuda para que ambos miembros de la pareja aprendan a reconocer y apreciar el verdadero potencial del ciclo fértil femenino, y a respetar los tiempos de la mujer. El método tiene un doble uso, según las intenciones y deseos de los usuarios: al reconocer los días fértiles del ciclo, permite a las parejas utilizarlo con la finalidad de concebir, o con la finalidad de aplazar un embarazo sin recurso a ningún método anticonceptivo”, explican desde Naprotec.

¿Cuál es la efectividad de la Naprotecnología?

Dada su reciente implantación en Europa, los resultados más fiables son los que se pueden extraer de Estados Unidos, donde la Naprotecnología se ha llevado a cabo durante las últimas décadas. Según informa Fertilitas, En EEUU la eficacia de la Napro se encuentra entre el 60 y el 80&. “La Naprotecnología cuenta con más de 30 años de estudios y práctica clínica en EE.UU. , donde se ha convertido en una revolución en el ámbito de la fertilidad. En norteamérica es aplicada mayoritariamente por ginecólogos-cirujanos especializados en esta ciencia que aplican tanto la parte clínica como quirúrgica de la Naprotecnología. Esto ha permitido llegar a tasas de eficacia, en algunas patologías, de hasta el 80%”, señalan.

El doctor Hilgers, en una entrevista con Religión en Libertad, indicaba: “La Naprotecnología puede tratar muchos problemas. Por ejemplo, el síndrome premenstrual. Cuando la causa es el síndrome premenstrual las tasas de éxito son de cerca del 95%. Cuando hablamos del síndrome postparto se elimina prácticamente en el 90% de las situaciones. Hemos sido capaces de reducir la tasa de niños prematuros de un 12% de media a cerca de un 7% siendo la prematuridad una causa de riesgo médico. En casos de abortos de repetición, mujeres que no tienen problemas en concebir pero luego pierden los niños, la tasa de éxito es del 80%. Y cuando tienes un problema de infertilidad y vas en primer lugar a un médico Napro y no a otros tratamientos alternativos puedes conseguir tasas de éxito del 70%. Si eres una mujer que primero ha ido a otro tipo de clínicas y otros tratamientos y luego acudes a la Naprotecnología la tasa de éxito del 50%”.

¿Qué diferencia a la Naprotecnología de la Fecundación In Vitro?

“La diferencia entre la Naprotecnología y la fecundación in vitro consiste en el hecho de que en la primera la cuestión fundamental es el diagnóstico de las causas de infertilidad, se busca una explicación médica de porqué una pareja no consigue procrear y, por tanto, se intenta eliminar el problema y ‘ajustar’ el mecanismo natural, volviendo a darle su armonía”, explica Phill Boyle, ginecólogo irlandés experto en Naprotecnología en una clínica de la ciudad de Galway, los cursos de formación en naprotecnología para médicos de toda Europa.

De este modo, añade que “en el procedimiento in vitro, en cambio, el diagnóstico de las causas no tiene importancia, los médicos quieren sencillamente ‘burlar el obstáculo’, llevando a cabo una fecundación artificial. En la Napro, el tratamiento resuelve el problema de la pareja, que después puede tener otros hijos. Sin embargo, con el método in vitro, los cónyuges no se curan y siguen siendo una pareja estéril, y para tener más niños deberán siempre confiar en un laboratorio”.

La Napro no sustituye al método de procreación natural y el embarazo siempre se produce durante el acto sexual, mientras que técnicas como la Fecundación In Vitro o la inseminación artificial se centran en la manipulación de óvulos y espermatozoides fuera del cuerpo. Por ello, además de buscar el problema de la infertilidad la Naprotecnología tiene un enfoque ético y no invasivo, al evitar la manipulación de embriones. Y otro dato relevante es el mayor riesgo de problemas y de efectos secundarios de la FIV en comparación con esta técnica de fertilidad natural.